lunes, 11 de febrero de 2008

Amistad...luces y sombras de una historia

Sé que dije que dije que no utilizaría más este rincón como un diario de vida público, pero mis arranques analíticos me superaron y he regresado a escribir libremente. De todos modos les cuento que tengo un proyecto de reportaje personal y que espero comentar algunas cositas del acontecer nacional en los próximos días, porque hay temas interesantes mal analizados y presentados por los medios.

En fin, lo que me trajo aquí hoy es la necesidad de cerrar un capítulo, aunque en mi discurso era algo cerrado. No daré nombres, porque no corresponde, pero quienes sepan de la historia sabrán de quienes hablo.

Hace cuatro años cambió mi vida, salí de la enseñanza media y entré a la universidad a estudiar periodismo. No estaba segura de haber elegido correctamente, pero sentía que no había mejor alternativa. Ahora creo que pude ser profe, publicista, administradora de empresas y un sin fín de cosas más, pero ya no las fui...pero quizás las seré.

El asunto es que ese cambio vino de la mano de muchos más, algunos felices y otros complejos, pero el más importante partió aquel año 2003, en que terminaba el cuarto medio y terminará hoy en estas palabras.

Supongo que todos los lectores han contado con un amigo a amiga que cumple todos los roles que un ser humanos necesita. Es tu amiga, tu partner, tu crítico, sicólogo, esteticista, colega, enemigo, un pseudo novio ya que te conciente cuando puede y es como tu hermana o hermano ideal.

Como todo el mundo tuve a alguien así. y no digo que hoy no tenga un montón de grandes amigas, un par de amigos de la infancia eternos e incondicionales y un novio maravilloso, pero esa persona con quien compartí unos hermosos y complejos cuatro años de enseñanza media y quien pensé que acompañaría siempre hoy sólo se transformó en un familiar político holográfico. Esto porque es mi cuñada.

Sé que todo el mundo cambia y que el pasar de ser sólo mi mejor amiga a también ser mi cuñada modifica mucho las cosas, pero ella sufrió otros cambios que se alejan de lo que se puede manejar sólo con cariño.

Conoció a otras personas, otra música y otra forma de ver la vida; modificó ciertos hábitos y destinó menos tiempo a nosotras; se puso más quisquillosa y los celos por mi falta de tiempo y la presencia de su hermano generaron conflictos.

Nos distanciamos y luego nos arreglamos y así nos llevamos tres años, hasta que algo cambió. Dejamos de entendernos, como si hablaramos idiomas distintos, como si nunca nos hubiésemos conocido y, de una forma u otra, ambas sentimos que la otra ya no nos quería como antes. Y tal vez era verdad.

Me habría gustado ser capaz de acompañarla en su cmino y me habría hecho muy feliz si la hubiese tenido más cerca, pero no fue así y cada vez lo es menos.

Hoy le pongo punto final a una amistad que fue linda, de colores mágicos y grises sombríos y que hace tiempo dejé de sostener. Quisiera confesar que en cierta medida me siento culpable de rendirme, porque no es mi estilo y porque lamentablemente para m seguiré viéndola a la distancia.

De todas formas, pediré un deseo, y aunque se cree que pedirlos en "voz alta" impide que se cuplan, creeré en la magia que todos quienes leen aportan y tendré fe en que se cumplirá. No me importa que regrese a mi lado y me regale denuevo la oportunidad de ser su amiga, pero si quisiera saberla feliz, tranquila y segura, satisfecha y llena de vida.

Nunca ha sido lindo ver como otra persona se autodrestuye, pero en algún momento de la vida pensé estar acostumbrada a este tipo de cosas.

Aprovecho la instancia para pedirles a todos quienes se sientan llamados a regalarme ese espacio en sus vidas, porque ustedes siempre lo han tenido en la mía.

También te digo, amiga, que no quiero leer más tristezas en tus "cartas", quiero saberte fuerte para afrontar los fantasmas y segura para avanzar hacia un futuro que no puedes predecir ni manejar. La frialdad y la racionalidad son algo preciado en ciertas circunstancias de la vida, pero para vivir, con todo lo que ese maravilloso verbo implica, no siempre son buenas consejeras. Sigue a ese corazón lindo que tienes, déjalo cicratizar con la cálida luz del sol veraniego y con el soplo refrescante y acogedor de las amigas que estamos contigo.

Las quiero a todas...y sí, fui muy cursi, pero era necesario y, como decía ella, es parte de mi encanto.

Ciao