lunes, 21 de diciembre de 2009

Divagaciones y un sueño

Ocurre que ocurrió lo que menos esperaba y ahora debo reinventarme para seguir. Pasa que no sé que quiero ahora, menos que hace uno o dos meses atrás, y siento un vacío enorme dentro del pecho que me impide pensar con claridad.
En algún momento, quizás hace un año atrás, estaba segura que mi vida seguiría sin mucho sobresaltos en pos de ese futuro que, de una forma u otra, siempre había soñado. De pronto, al comenzar el final del ciclo universitario, las claridades se fueron disolviendo y, al parecer, mis dudas terminaron por transformarse en dudas para él también. Ambos un poco impulsivos, con carácter fuerte, terminando un ciclo, con dificultades y aciertos, yo con ansiedades y angustias por las complicaciones, él con inmadurez y una seguridad que se afirmaba en aciertos fortuitos...suerte.
Terminamos distanciándonos, dejando de leernos, perdiéndonos en nuestros problemas e ignorando que el otro sentía esos problemas sin entenderlos.
Yo no supe explicarle lo que me pasaba, comencé a lentificar mi ritmo, a perder la chispa, a dejar que el abatimiento me ganara a ratos. Él se guardó sus dudas y sentimientos. La suma dio como resultado que nuestra historia se terminara...con harta inmadurez de ambas partes.
¿Qué pudo suceder? Pudimos decirnos más cosas, pudimos conversar, es posible que llegáramos a acuerdos, es posible que el amor sirviera de algo. También pudimos terminar de una mejor forma, sin discusiones, gritos ni cobros de sentimientos. Pudieron pasar tantas cosas, pero no ocurrieron.
Ahora trato de avanzar, pero siento que no me muevo ni un centímetro, que estoy sola en medio de la nada, pequeñita, perdida, desorientada.
Anoche soñé con él. No recuerdo todo el contexto del sueño, pero estaba con unas amigas y él me llamaba. Me preguntaba algo de scout y, lamentablemente, no podía ayudarlo. Me quedaba sorprendida porque no esperaba una llamada de él.
Después de un rato, llegaba a donde yo estaba, me tomaba de golpe y me besaba. Un beso de esos ricos, como le decía yo, apasionado, intenso, un poco brusco quizás. Mis amigas se quedaban sorprendidas y yo también, no entendía nada. Él me pedía conversar y yo lo escuchaba. Se ponía a llorar como un niño y me pedía disculpas, que sabía había sido inmaduro, que acepataba mis disculpas, que quería volverlo a intentar, que estaba arrepentido. Creo que le daba un beso, pero no recuerdo si le respondía algo.
No recordé este sueño hasta un par de horas después de haber despertado y me invadió un dolor en el pecho terrible. Evidentemente lo que soñé no ocurrirá...o por lo menos eso creo...
Ahora escribo tratando de buscar la calma, alguna pista para seguir, pero creo que no la encontraré hasta mucho tiempo después...sólo espero que no sea demasiado tarde.
Si hay algo que tengo claro ahora es el miedo, esa temor terrible que no me abandona, que me hace preguntarme mil veces si esta ruptura será lo mejor. La soledad también es clara, esa sensación de soledad constante a pesar de estar acompañada.
Todos me dicen que es para mejor, que las cosas se habían desgastado, que era complejo arreglar algo así. Yo no estoy segura.
En fin, las cosas ya son así y no hay nada más que hacer que seguir. Quizás, como le dije a él, la vida nos vuelva a reunir y nunca sabremos, hasta ese momento, lo que podría ocurrir.
¿Qué hacer? Seguir caminando...seguir, aunque no sepa hacia donde.

martes, 25 de agosto de 2009

Un año especial

Es extraño analizar el año cuando no estamos tan cerca de terminarlo, pero a raíz de pequeños episodios en la vida me parece pertinente.
Partí en año trabajando com RRPP sin serlo, a cargo del ceremonial y protocolo de la Universidad de Chile. Fue una experiencia demasiado intensa para mi, pero aprendí muchísimo y puse a prueba mi colon y sobrevivió...sobrevivimos los dos.
Luego un febrero relajado, decididamente vacaciones. No tesis, no trabajo, no nada más que flojear por un mes. Rico.
Posteriormente llegó marzo con el desafío (nuevamente) de la ayudantía y de terminar la bendita tesis, pero ese proceso me tuvo como loca hasta el último minuto. El 30 de junio recién entregué, casi tirándome de un puente y con ganas de matar a cualquiera que me diera un problema. Hasta ahí, la falta de un trabajo estable y "real" (no es que la ayudantía no sea pega, pero supongo que se entiende) no se notaba.
Julio fue raro, vacaciones de la ayudantía, esperando las notas de la tesis y haciendo cuenta regresiva para los 24. Este año mi cumpleaños fue lo mejor de la vida, memorable memorable como algunos de la más tierna infancia.
Pero llegó agosto -pasó mi cumple- y aún no llegaban las notas, menos la fecha de defensa de la tesis...y la desocupación comenzó a perturbarme.
Ya estamos por terminar el mes y ya tengo notas y fecha de defensa, pero aún no tengo trabajo y eso me vuelve loca. Me he puesto floja, me levanto tarde, me siento frente al compu -como ahora- en pijama a revisar mi cibernética vida y me desocupo sin haber hecho mucho. Gracias a Dios -o a mi, tal vez- a principios de julio comencé a "jugar" a asesorar comunicacionalmente a Bomba Racimo, línea de diseño de accesorios de mi amiga Natu, y eso me ha tenido algo activa y motivada.
Ha sido raro partir tan a full y estar ahora tan desocupada. Me perturba no ser capaz de levantarme temprano y hacer ejercicio y luego leer y buscarme tareas, pero creo que poco a poco (quizás demasiado lento para mi paciencia) he comenzado a ordenarme y pronto conseguiré reactivarme.
Por ahora busco pega y trato de disfrutar la falta de responsabilidades compartiendo con mis amigas, familia y mi novio, sacándole el jugo a los scout y tratando de aprender sobre la web que es una herramienta tan necesaria para una comunicadora como yo. Quizás suena como a mucho que hacer, pero sigo sintiendo que es nada. Nací trabajólica y con el correr de los años he descubierto que me gusta mantenerme ocupada...defecto o virtud...con el tiempo se verá.
Lo que viene?...espero que una magnífica defensa de mi tesis y un trabajo, concretar algunas cosas con mis proyectos y seguir creciendo para comenzar a volar con mis propias alas.

jueves, 13 de agosto de 2009

En busca de...

Para variar no me encuentro en un estado de felicidad plena a la hora de sentarme a escribir. Lamentablemente mi pluma fluye y me obliga a escribir sólo cuando alguna pieza no está en su lugar.

Ahora ocurre que perdí algo, pero no sé que. Por distintas circunstancias las sonrisas que buscaba en el post anterior han comenzado a volver y ese tema pareciera mejorar. Pero cuando un problema te abandona eres capaz de prestarle atención a otro que habías dejado en segundo planto y eso es justamente lo que me sucedió.

Por diversas circunstancias (esa palabra es mágica para mi, lo explica todo), me encuentro en mi casa, con poco y nada que hacer, intentando encontrar ocupación, en el más amplio sentido de la palabra.

A ratos me incentivo pensando que tener vacaciones antes de la defensa de mi tesis y de encontrar una pega como profesional por primera vez no es malo, pero no puedo dejar de desesperarme entre las paredes de mi hogar.

También intento inventarme ocupaciones, limpiar el closet, hacerle trámites a mis papás, hacer aseo, cocinar, preparar cosas ricas, estudiar alguna cosa en la web. Aún así es inevitable me sobre tiempo y me falte motivación.

Increíblemente no he ordenado mi closet, ni he comenzado con mi rutina de ejercicios, ni estoy leyendo un libro, ni he trabajo en mi proyecto. Lo único que me mantiene ocupada es el "negocio" con una amiga y en eso me entretengo -y produzco- algunas horas en el día.

Sé que la solución parte por que me obligue a hacer cosas y que de a poco encontraré el ritmo, la energía y esa motivación perdida. Quizás sea este post una forma de obligarme a moverme.

Sólo puedo concluir que el que busca encuentra y que...¿cómo no voy a encontrar lo que me falta?

lunes, 3 de agosto de 2009

Buscando sonrisas

Hace varios años ya que el camino se hizo algo más obscuro de lo que pensábamos, pero decidimos seguir adelante porque no se veían otros caminos. Ahora que lo pienso, creo que nos equivocamos.

Hoy me encuentro recorriendo los pasillos de mi mente en busca de recuerdos felices, tratando de rescatar las sonrisas que perdimos mientras avanzábamos por la vida. Encuentro muchísimas y variadas imágenes, algo así como si viera las fotos en el álbum de una familia feliz. Inevitablemente me pregunto dónde fue que dejamos todo eso.

También recuerdo que en una infancia y adolescencia no tan lejana creí tener poderes mágicos, una fuerza en mi que me permitía protegerme y proteger a otros con la fuerza de mis sentimientos y de la tierra...y curiosamente muchas veces funcionó. Hoy no encuentro ese talento en mi, no logro escribir un verso que le brinde ayuda a otros, ni menos siento fuerzas para hacerme cargo de la protección de alguien más ajeno a mi.

Mirar hacia atrás puede ser peligroso, decía ayer una tía. Nos hace patente el paso del tiempo, nos muestra lo que ya dejamos atrás y no podemos recuperar, nos hace ver como hemos crecido, que hicimos y que no.

Lamentablemente el ejercicio de mirar atrás se hace necesario cuando pierdes algo, ya sea en el afán de recordar en que lugar lo dejaste olvidado o sólo por evitar perder algo, errar, caer, etc.

Sentada frente a la pantalla del computador busco amigos de forma vitual. Me da miedo llamar y alarmar a todos. Anoche lo hice y aunque fue sanador para mi, en alguna medida siento que no debí hacerlo.

Hoy me encuentro recorriendo los pasillos de mi mente en busca de recuerdos felices, tratando de rescatar las sonrisas que perdimos mientras avanzábamos por la vida. Encuentro muchísimas y variadas imágenes, algo así como si viera las fotos en el álbum de una familia feliz. No dejo de preguntarnos donde quedó la felicidad, la tranquilidad, el equilibrio.

Necesito encontrar un sendero por donde desviar nuestro paso y recibir nuevamente los rayos del sol sobre nuestros rostros, necesito regalarles fuerza, fe, alegría, paz.

Lo malo, es que no encuentro nada de lo que busco, sólo recuerdos.

sábado, 23 de mayo de 2009

Crisis

La segunda definición de esta palabra según el maravilloso diccionario de la Real Academia Española en línea dice:
"
Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales"
Según esa definición yo estoy en plena crisis y aún no vislumbro una próxima salida.

Lamento iniciar así mi regreso a las pistas bloggeras, pero era estrictamente necesario sacar esto de adentro antes de reventar.

Ocurre que muchas cosas en mi vida han comenzado a generar cortocircuito dentro de mi y, lamentablemente, creo que la solución no está para nada a mi alcance. Sé que muchos dirían que sí, que puedo llegar y solucionar este asunto sin tanta meditación, pero asumo ser una chica compleja y no tan fácil de satisfacer.

Por detalles innecesarios de ser mencionados, he entrado en conflicto con mi hogar y su sistema de vida, reglas, normas y funcionamiento en general y, por esa misma situación y el incontenible deseo de huir, he comenzado a cuestionarme mi futuro profesional, ya que tener una pega es la única manera de huir.

Para el segundo problema encontré cierto grado de solución. Buscaré trabajo y trabajaré en lo que se presente dentro de mi rubro (las comunicaciones) para conseguir medios económicos para tener mi propio hogar y en paralelo construiré varios proyectos que me motivan y espero algún día me den de comer.

El punto es que dicha solución profesional/laboral me pone en estado de lentitud respecto de mis planes de independencia o abandono del nido -como quieran decirle, en realidad-, ya que conseguir dinero para irse y comprarse lo básico para vivir es re complicado. Y haré énfasis en vivir, porque no quiero sobrevivir. Por eso comenté al inicio de este post que era compleja y difícil de satisfacer.

Ahora que llego a este punto donde he escrito abiertamente mi estado de ánimo y mi situación actual, entiendo que este post no tiene ninguna, absolutamente ninguna utilidad, porque puede desahogarme, puede permitirme compartir con otros mi situación y, por lo mismo, recibir otros puntos de vista, pero no solucionarán mi problema.

Es ahora cuando recuerdo innumerables comentarios -pero uno reciente en particular- respecto de mi obsesiva manía de ser ordenada, planificada, estructurada. Lo cómico es que este enorme defecto en la vida personal, que me impide tomar decisiones riesgosas o ser más impulsiva, es el mejor talento profesional que tengo: ser absoluta y completamente planificada.

Quisiera poder concluir algo al terminar de escribir, pero sé que no será posible sacar más conclusiones que las que ya he sacado estos últimos meses. Como decía un querido amigo y profesor, la vida es una habitación con muros de vidrio y lo que hace la diferencia para cada uno de nosotros es el punto desde donde vemos hacia el interior. Por lo tanto, el solo hecho de haber crecido, estudiado y, por tanto, modificado mi posición para mirar la vida, no podré nunca más sentirme en casa en lo que es aún mi casa. Porque ya no comparto miles de ideas con mis padres, porque tengo un ritmo distinto para pasar por el mundo, porque mi filosofía de compartir los espacios es diferente, porque -incluso y aunque parezca irónico- gusto de horarios distintos, colores diferentes para una habitación y tantas cosas más.

Simplemente puedo decirme -y decirles, de paso- que no me queda más que seguir recorriendo el camino con la paciencia y la serenidad que ya no tengo hasta encontrarme en el momento preciso con las circunstancias esperadas para comenzar una nueva etapa.

Aprovecho de darles y darme la bienvenida a mi blog, que estará renovándose más seguido con mis conflictos privados, mis comentarios sobre la vida y, de pronto, algunos aportes más profesionales al mundo exterior.

Nos vemos pronto