domingo, 25 de febrero de 2007

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Por culpa de Ambar me encuentro escribiendo. O quizás, gracias a ella. La cuestión es que reinicio mi vida de bloguista o como le quieran decir y nuevamente molestaré al mundo pidiendo lean algunas de mis ideas.

En este reinicio pienso en miles de temas para desarrollar mis ideas, pero creo que seré sencilla y breve, simplemente porque pretendo esto sea un plato de entrada a lo que vendrá.

¿Se han encontrado en una situación en que se preguntan cómo se deben decir las cosas? O tal vez han sentido que es mejor callar, aunque las palabras se te atoren en la garganta y no te dejen pensar en paz. Otra alternativa es que simplemente digan las cosas y lueg se muerdan la lengua con el afán de cortarse las ideas y borrar lo dicho porque metieron las patas.

Para mi las cosas son relativamente sencillas en este ámbito, porque creo que siempre es mejor decir que se piensa o siente antes de acumular rabia, pena, miedo o cualquier cosa que a largo plazo se tranforme en una bomba atómica con efectos irreparables. Pero puede ocurrir que a nuestro interlocutor no le parezca que esta sea la forma correcta de manejar las cosas y es ahí cuando se genera el conflicto. ¿Cómo digo sin meter las patas? ¿digo algo o mejor me callo? ¿es tan importante el asunto o lo dejo pasar para otra oportunidad?

Y en ese dilema parecemos perder el aliento, creemos ver que los problemas son más grandes de lo que podemos enfrentar y dudamos de nuestra capacidad de mantener relaciones humanas. También ocurre que nos hacemos los weones y seguimos. A mi parecer esto no es bueno, de una forma u otra queda el episodio guardado y terminaremos en algún momento enojándonos por el asunto...o puede ser que la vida arregle todo.

En el fondo, lo que quiero decirles en esta oportunidad es que no se guarden las cosas, pero siempre piensen que hay alguien quien escucha sus palabras y hay que saber decir para que se nos pueda entener y escuchar.

Al parecer, no es tan fácil conversar y la comunicación es una ciencia que nunca se termina de aprender, ya que depende de miles de factores, sobre todo de cada persona y sus diferencias.

Así que, a meditar antes de hablar y a hablar y luego meditar.

Saludos a todos y ya nos vemos.


1 comentario:

RgDoll dijo...

Es decir, de la idea, sensación, pena, rabia, q uno está experimentando, al mensaje q se transmite sobre estas, hay demasiada distancia. Tanta, q a menudo me pregunto si será mejor callar o hablar, pues al hablar puedo estar descirtuando hasta tal punto lo q ralmente quiero decir, q puedo acabar comunicando algo diametralmente distinto a lo q fue en un comienzo. A eso que fue en un comienzo y que ni siquiera es ahora, pq al pensarlo, al prepararlo para comunicarlo, ya en ese mismo proceso, lo transformé un poco, sin querer.

Y es q todo ese orden de cosas (ideas, pensamientos, sentimientos, sensaciones, emociones, blap) es tan delicado, tiene límites tan sublimes, tan tenues, tiene formas matizadas, particulares, es tan único, q sólo intervenirlo un poco y ya no es igual...

De todas formas...hay q tratar de transar con aquellos, q tú también mencionas, q no piensan igual a este respecto, q creen q es mejor callar. Creo q siempre vale la pena no guardar, comunicar de alguna forma, pero siemrpe hay q optar por aquella forma q desvirtúe menos nuestro mensaje. Ni siquiera nuestro mensaje, pq eso ya es una trnasformación; hay q optar por aquella forma q desvirtúe menos aquello q nos inquieta comunicar.

Te adoro,

Ambar