Hay días en los que la vida da giros inesperados en un solo segundo y si nuestro existir fuera una película sería el clímax que determinará como termine el filme.
Estos eventos sorpresivos suelen ser más malos que buenos, ya que esos giros positivos suelen parecernos el final del capítulo de la serie o ese momento perfecto en que la historia de la película comienza a concluir en calma y felicidad. Pero, como la mayoría de las veces nos cruzamos con esos instantes grises que nublan nuestra vista y destrozan el poco orden conseguido, solemos asociar a lo inesperado con lo malo. Esta asociación es bastante lamentable, ya que las sorpresas, los cambios románticos de planes o los entretenidos juegos de los amigos pasan a la categoría de situaciones angustiantes y terminamos más sufriendo que disfrutando ese momento mágico.
Ahora, también puede ocurrir que estos momentos nos ataquen sin ser nosotros alérgicos a los cambios y las sorpresas y terminen convirtiendo un grato momento en uno amargo y a nuestras vidas en un lío. Ok, sí, para que la vida sea un lío debemos quererlo así, pero puede ser que la fibra tocada por este fatídico instante sea demasiado sensible o un tema intransable y ahí la opción es cambiar de ideas o hacerse el ciego. Y ninguna de las alternativas es bueno, porque es difícil que uno cambie sus ideas en temas importantes como la forma en que concibe las relaciones humanas, la importancia de amigos, novi@s o familia y otras cosas de ese estilo. Por otro lado, la posibilidad de hacer como que no pasó nada jamás será positiva, ya que alguna de las partes involucradas en aquel punto de giro será marcado por el silencio que deba guardar.
¿Qué hacer entonces? Mi respuesta es afrontar el momento con toda la entereza posible, sin tranzar en aquellos puntos claves de nuestra vida y dispuesto siempre a superar el problema, porque sea como sea la vida sigue.
¿Qué piensan ustedes?
Estos eventos sorpresivos suelen ser más malos que buenos, ya que esos giros positivos suelen parecernos el final del capítulo de la serie o ese momento perfecto en que la historia de la película comienza a concluir en calma y felicidad. Pero, como la mayoría de las veces nos cruzamos con esos instantes grises que nublan nuestra vista y destrozan el poco orden conseguido, solemos asociar a lo inesperado con lo malo. Esta asociación es bastante lamentable, ya que las sorpresas, los cambios románticos de planes o los entretenidos juegos de los amigos pasan a la categoría de situaciones angustiantes y terminamos más sufriendo que disfrutando ese momento mágico.
Ahora, también puede ocurrir que estos momentos nos ataquen sin ser nosotros alérgicos a los cambios y las sorpresas y terminen convirtiendo un grato momento en uno amargo y a nuestras vidas en un lío. Ok, sí, para que la vida sea un lío debemos quererlo así, pero puede ser que la fibra tocada por este fatídico instante sea demasiado sensible o un tema intransable y ahí la opción es cambiar de ideas o hacerse el ciego. Y ninguna de las alternativas es bueno, porque es difícil que uno cambie sus ideas en temas importantes como la forma en que concibe las relaciones humanas, la importancia de amigos, novi@s o familia y otras cosas de ese estilo. Por otro lado, la posibilidad de hacer como que no pasó nada jamás será positiva, ya que alguna de las partes involucradas en aquel punto de giro será marcado por el silencio que deba guardar.
¿Qué hacer entonces? Mi respuesta es afrontar el momento con toda la entereza posible, sin tranzar en aquellos puntos claves de nuestra vida y dispuesto siempre a superar el problema, porque sea como sea la vida sigue.
¿Qué piensan ustedes?
5 comentarios:
¿Qué te pasó? Nadie lleva a cabo esa reflexión sólo pq le pareció un gran tema.
Pienso q sí, q lo mejor es afrontar la situación tal como llega aún con lo q ello implique...¿por qué? no por un arranque de honestidad o de alguna otra virtud, de esos q suelen atacar en los momentos más complejos (jajaja), sino pq si no lo haces, es decir si no se enfrenta la situación a la cara, lo más probable es q el lío termine multiplicado, en algunos casos, incluso multiplicado por sí mismo.
Y si algo nos parece un lío, no querremos tener el lío al cuadrado, no?
Te adoro,
Ambar
PD: Si hablé de "lío" y no de "giro" es pq sentí q tu post pasó de este último al primero y se decidió por este. Jajaja
si esto tiene que ver en relación al incidente que me comentaste la otra vez; ese conflicto de no saber si hablar o callar y como hacerte entender de la mejor forma, lo único que puedo decir es que (y como todos sabemos) lo mejor siempre será hablar, no es buen amigo el silencio, sobre todo cuando influye en relaciones humanas. Por lo tanto siempre votare por la opción hablar (aunque yo no lo practique mucho y afecto mis relaciones sociales...pero eso de pa un blog entero como lo es el mio :P)
Ahora la dificultad es siempre la forma en que se dicen las cosas y en eso eres tu la única que sabe como desenvolverse, conoces a los participantes, y al final, siempre encontraras la mejor forma de hacerte entender...
Te Quero Muxo!!
Jajaja! Me gusta esta dinámica de hacer comentarios en los blogs luego de cada post, entre nosotras tres. Jajajaja! Es lo más parecido a un club de Lulé que haya visto en el último tiempo.
Las adoro a ambas.
Quise decir club de Lulú
Están absolutamente locas!....de todos modos no me refería al mismo tema de la otra vez, wale y si me pasó algo bamber...pero estoy bien, arreglé el asunto y sigo mi camino junto al hombre de mi vida...aunque es extraño tropezar en estupideces a estas alturas.
Las adoro!
Ciao
Publicar un comentario