sábado, 22 de enero de 2011

Aprender a rendirse II

Si asumir que luchar por lo inalcanzable está siendo difícil, asumir que no estoy bien, que no soy capaz de seguir con el ritmo normal, ha sido horroroso.
Puedo sonar un poco engreído, pero siempre me ha costado pedir ayuda, asumir que no me la puedo con algo y tirar la esponja. Y no estoy hablando de pedirle a alguien que te abra un frasco de mermelada o que te hagan la basta de un pantalón, porque obviamente no puedo hacerlo todo, pero yo siempre respondo ante mis responsabilidades, tratando de hacer las cosas bien. Autoexigencia, que le llaman.
Pero el jueves colapsé, reventé, no pude con la angustia que me producía la pena y al mismo tiempo la angustia de no estar haciendo bien mi pega, no poder concentrarme en algo, estar a media máquina. El resultado de todo lo que me comí calladita y con palitos chinos durante el año pasado, finalmente me pasó la cuenta.
Ahora estoy iniciando un proceso sumamente extraño, donde me siento más dependiente que de costumbre y sola, por supuesto, porque nadie siente lo que yo y no hay forma de traspasar las sensacines para que me entiendan. Estoy sola en esta carrera.
Sé que esto no es signo de debilidad, sino que demuestra que soy tan persona como los otros seres humanos de la tierra y así como hay gente que se pone irritable, otra que se enferma del estómago, otra que se hace la loca con los problemas y termina generando graves enfermedades...yo simplemente me derpimí, tuve otro sistema de válvula de escape.
¿Qué espero de esto? Que las sensaciones desagradables se vayan pronto y que pueda comenzar a ver con claridad lo que pasó, para aprender, y lo que vendrá, para arriesgarme a vivir el futuro.
Hago esto público, aunque muchos no entiendan de que hablo, porque creo que es parte del proceso de asumir que puedo no poder, que tengo permiso a fallar y que es mejor decir no puedo que hacerse daño o hacer las cosas mal.
Sé que pese a que esta lucha es personal, no estoy sola, pero como he tratado de explicarlo en varias ocasiones -y alguien ya me entendió-, no tener un partner para afrontar los problemas, las alegrías y penas de la vida, es lo que más me va a costar, definitivamente.
Espero aparecer próximamente a hablar de este o de otros temas, pero también quiero tomarme la licencia a cabalidad...no sé cuando vuelva.
Hasta pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Toda la razon, todos tenemos derecho a decir paren que aqui me bajo, tenemos derecho a tirar la esponja, pataliar, gritar, llorar ... lo importante es volver.

Se que nadie se puede poner en tu lugar ni llegar a sentir lo que tu sientes, pero estamos aqui cuando lo necesites.

En esta vida todos tenemos derecho a sentarnos al costado del camino y ver que los dias pasan pero lo importante es no quedarse viendo como nuestra vida se nos escapa de las manos, tienes que saber volver a ponerte de pie y al camino. Mientras tanto puedo sentarme contigo y esperarte.