miércoles, 16 de marzo de 2011

Retomando

Hace mucho tiempo que no pasaba por aquí. La verdad es que de pronto las ideas se estancaron y me pareció más saludable dejar de pensar en demasía para no deshidratarme llorando día tras día.
Ahora, después de dos semanas de licencia, dos de vacaciones y en medio de mi cuarta semana tras regresar al trabajo puedo decir muchas cosas que he concluído durante este periodo de instrospección.
Primero, puedo estar sola sin morir en el intento, pero prefiero la vida de a dos. Por ahora, pese a esto último, necesito estar sola, ordenar mis ideas, definir mis prioridades y encontrar mi leitmotive en la vida.
Luego, me gusta ir al psicólogo y no ha sido una mala experiencia ir al psiquiatra. Creo que sin convertirse en un adicto a la medicina occidental ni a las terapias (manía burguesa, como dice mi hermano), es sumamente saludable contar con alguien con las herramientas necesarias para acompañarte en procesos complicados de la vida.
En tercer lugar, mi pega me aburrió. Y no me refiero a mi profesión, sino al lugar donde estoy desempeñándome en este momento. ¿El motivo? Simple, si yo no tengo muy claro que quiero, mínimo que la pega no presente las mismas dudas existenciales que yo y, en este momento, este medio no tiene identidad. Por lo mismo, tengo cero motivación y aunque trato de buscarla, no aparece.
Este año me voy a vivir sola. Sí, he decidido que es el momento de volar el hogar, abandonar la seguridad de la familia y crecer. Por ahora hay un plan entre manos con una amiga, pero si eso no resultase, capaz que me baje la valentía y me vaya a vivir "the real alone".
¿Cómo va la pena? Va. Todavía tengo pena y a veces lloro -ayer tuve un atacaso de angustia-, pero siento que estoy creciendo, encontrando respuestas y que puedo y debo seguir caminando. ¿Si sigo enamorada? Obvio!, ¿o creían que depués de casi 7 años el amor se me iba a pasar en menos de 3 meses? Lo extraño, trato de saber de él dentro de lo posible (no reviso su correo ni esas cosas, pero su muro de Fb es público, por ejemplo), pienso en él, lo recuerdo, le mando buenas vibras y trato de entender lo que nos pasó.
No sé que va a pasar en el futuro, como dije en algún post pasado aprendí que no sirve de mucho planear con meticulosidad tus próximos pasos porque todo, de un momento a otro, puede cambiar. Pero trato de trazar líneas generales para caminar, márgenes de acción, rallar mi cancha. Ya veremos hacia donde me dirige.
Creo que he crecido y mejorado en este proceso, pero que me queda mucho -pero mucho- por recorrer todavía para estar bien, efectivamente bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo mis ojos con lágrimas y una sensación extraña acá en mi pecho.
Papo.